Después de una gran temporada, tanto Athletic de Bilbao como Nápoles llegaban a San Paolo en la ida de la clasificación de la Champions League, y el partido no defraudo.
El equipo local llegaba con un equipo muy bien definido y reconocible, 8 de sus 11 jugadores fueron titulares indiscutibles la temporada pasada. El equipo de Rafael Benítez jugaba con un 4-2-3-1 característico del técnico madrileño, con el rombo atacante formado por Callejón, Hamsik, Insigne e Higuain, el cual marco un autentico golazo para empatar.
El equipo bilbaino llegaba con las ideas claras, tocar, tocar y llegar a portería, además de no dejar que a la contra los azzurri causaran peligro. Ernesto Valverde alineó a De Marcos como lateral derecho -dejando a Iraola en el banquillo- para darle una mayor profundidad a esa banda, fruto de esto llegó el gol de Muniain.
30 minutos para enmarcar.
Minuto 60 y las cosas no salían bien en terreno napolitano, hasta el salto al terreno de juego de Dries Meertens, el pequeño jugador belga desplegó un futbol de talla mundial, se ofreció metiéndose entre líneas para recibir y dar, jugando y haciendo jugar a los demás, demostrando su calidad con cada jugada individual y colectiva y viendo pases y controles donde los demás lo ven oscuro. En definitiva, un jugador clave en el Nápoles de Rafa Benítez y que dará mucho que hablar - si no lo ha dado ya-.